Ofrecer Wi-Fi en cada esquina de un país pobre es algo así como darle un paraguas a una persona hambrienta a media tarde. No reducirá su hambre, pero mejorará las posibilidades de que pueda caminar al sol y buscar comida en lugar de desmayarse por el calor y el agotamiento.
Y por mucho que las declaraciones anteriores hechas por el hijo de Warren Buffet y Bill Gates suenen bien, no pueden considerarse palabras para vivir. El progreso no necesita suceder en un orden cronológico. Puede suceder simultáneamente.
- Por todos los miles de millones donados a organizaciones benéficas, ¿hay alguna responsabilidad o evidencia del impacto a largo plazo de ellos?
- ¿Cuál es la contribución de Sachin Tendulkar a la caridad en la India?
- ¿Puede la caridad apoyar el crecimiento de la empresa?
- ¿Las organizaciones benéficas para los pobres afectan la política social del gobierno, como las propinas en restaurantes afectan el salario mínimo de los camareros?
- ¿Puede una casa nombrar un grupo de organizaciones benéficas relevantes (por ejemplo, organizaciones benéficas ambientales) para emitir votos en elecciones generales en nombre de futuros ciudadanos?
¡Peter Buffet puede evitar que se vendan chicas de 13 años para tener relaciones sexuales, Bill Gates puede trabajar en la malaria y Google puede trabajar en el Wi-Fi!
Convino en que la conectividad a Internet es mucho más baja en la lista de prioridades que la malaria y la pobreza, pero hay que tener en cuenta que este es el siglo XXI y que Internet es mucho más que una necesidad ahora.
Internet tiene el poder de habilitar a las personas. Y habilitar a alguien es lo mejor que cualquiera puede hacer.